Subida a la Mira desde la Plataforma de Gredos
La Mira cuenta con 2.343 metros de altitud y aparte de ser uno de los picos más conocidos de la Sierra de Gredos, permite su ascenso desde varias vertientes. De esta forma, si hace unos años lo subimos desde la cara sur de la sierra, por la zona de Los Galayos, partiendo de la plataforma del Nogal del Barranco en la localidad de Guisando, en esta ocasión, nos hemos lanzado a conquistarlo por la vertiente norte.
Si te gusta el senderismo, reconocerás esa bonita sensación que uno tiene cuando inicia una ruta desde un lugar tan emblemático como la Plataforma de Gredos. Ya la propia subida a la plataforma, desde la localidad de Hoyos del Espino, es una auténtica gozada, sobre todo en este año tan peculiar, en el que tras muchos meses sin llover, hemos tenido un final de mayo e inicio de junio, muy lluvioso, dejando unos paisajes espectaculares en la zona y una temperatura muy fresca para esta época del año, de forma que parecía que estabas circulando por latitudes mucho más altas.
El ambiente que se respiraba en el parking de la plataforma de Gredos era sensacional, y es que, ver a tantos amantes del senderismo, que están preparándose para el inicio de una exigente jornada de alta montaña, y pensar que tú también formas parte de ese grupo de loquillos que disfruta con esa actividad, supone un chute de energía difícil de explicar.
En muy poco tiempo nos pertrechamos con todo el equipamiento necesario para pasar unas cuantas horas por estos lares, y rápidamente nos pusimos en marcha comenzando a ascender por el camino de piedras. Tras unos 800 metros, el mencionado camino gira a la derecha dirección la Laguna Grande, no obstante, nosotros continuamos hacia adelante, siguiendo una senda que poco a poco, iría girando hacia la izquierda.
Tras unos metros por esta senda, tuvimos que descender, para aproximarnos al arroyo Prado Puerto, caminando paralelo al mismo durante un buen rato, hasta que encontramos un lugar apropiado para cruzarlo. En otras ocasiones es más fácil pasarlo, pero esta vez llevaba bastante agua, gracias a las últimas lluvias.
Tras alcanzar la otra orilla del arroyo nos ponemos rápidamente a subir, pasando junto a una caseta de pastores, que se encuentra habilitada para ejercer las funciones de provisional albergue y que dejamos a nuestra izquierda, mientras seguíamos subiendo para tomar el pequeño collado que se ve en lo alto. En este momento, al mirar a nuestras espaldas, pudimos contemplar cómo el amplio valle se mostraba exuberante ante nuestros ojos, y es que si bien hace unas semanas, nos habían comentado que estaba todo muy seco, el campo ha agradecido enormemente las últimas lluvias, tornando el paisaje de un verde espectacular.
Tras una fotos de grupo en unos hitos muy peculiares, continuamos hacia Los Campanarios, que se encuentran a 2.162 metros. Hacía ya tiempo que la niebla había hecho acto de presencia en nuestra ruta, generando unas estampas tan efímeras como espectaculares. Los móviles echaban humo ante tanto paisaje digno de inmortalizar. Pequeña parada para tomar algo y recuperar fuerzas, aunque no nos demoramos mucho, para no coger frío.
Tendríamos aún que rodear el Risco Pelucas, para posteriormente alcanzar la zona de las Molederas, desde donde ya no nos quedaba otra que subir y subir, para llegar a nuestro objetivo final: El Pico de la Mira.
En esta ocasión, debido a la niebla, las vistas desde el torreón, no eran tan espectaculares como la anterior vez que subimos a esta cima, sin embargo, como contrapartida, tenías la sensación de estar en un lugar enigmático, ya que el rápido movimiento de la niebla que ascendía desde los valles, daba vida a las cumbres, que aparecían y desparecían de tu campo visual en cuestión de segundos.
Fotos de rigor, entre las que no podía faltar la que nos hacemos con la bandera de nuestra querida y tantas veces maltratada tierra extremeña y parada para comer bocatas o lo que cada uno llevase (ojo al orden de ingesta de los alimentos, que es más importante de lo que pensamos jajajjaja)
Para no enfriarnos mucho, literalmente nos ponemos de nuevo en marcha para continuar el camino, que en esta ocasión nos llevaría a descender hasta el Mirador de los Galayos, aunque éstos solo se vieron durante unos breves segundos (es en esta zona por donde bajamos la vez anterior, y que nos llevaría hasta el Refugio Victory) Continuamos caminando en sentido circular, atravesando pequeños riachuelos que iban repletos de agua, hasta llegar de nuevo a la zona de las Molederas, donde ya enlazaríamos con el camino que habíamos realizado anteriormente.
A pesar de volver por el mismo camino que en la ida, el regreso fue muy entretenido pues, gracias al cambio de condiciones atmosféricas, el paisaje se tornó totalmente diferente al que habíamos tenido unas horas antes.
La vuelta se hizo de forma bastante cómoda, aunque ya los kilómetros acumulados iban haciendo mella en las fuerzas, no obstante, salió todo genial y continuamos disfrutando de espectaculares estampas que seguían sumando megas a las memorias de nuestros smartphones.
El regreso al parking de la Plataforma de Gredos lo realizamos acompañados de multitud de senderistas que volvían principalmente de la Laguna Grande.
A pesar del cansancio por el esfuerzo realizado, podía ver en las caras de mis amigos (imagino que la mía estaría igual) el reflejo de la alegría que estaban experimentando por hacer conseguido realizar con éxito, el reto que nos habíamos marcado.
En resumen, fueron casi 18,5 los kilómetros recorridos, en los que empleamos unas 9 horas, de las que 7 fueron en movimiento. Ruta de dificultad moderada por el esfuerzo y los kilómetros, aunque técnicamente, en esta época del año, es bastante asequible.
Mencionar así mismo, que en esta ocasión, no pudimos contar con la presencia de los dos grandes guías del grupo, Sergio y Manolo, que por diversos motivos no nos pudieron acompañar, no obstante, nuestro amigo Espino tomó las riendas del grupo y con la colaboración del resto de componentes, salió una ruta sencillamente espectacular.
Enhorabuena a tod@s mis amig@s de la Alberca Alta Montaña por haber conseguido este nuevo reto, que obviamente, tendrá un significado muy particular para cada uno de nosotros.
Y por supuesto, no podía acabar esta entrada sin mencionar a nuestros amigos Maru y Fede, que ejercen como anfitriones de categoría siempre que visitamos esta zona. La barbacoa que pudimos disfrutar la noche del sábado, va a quedar como otro de los grandes momentos para la historia de este fantástico grupo de aficionados del senderismo, que si brillan por ser unos jabatos subiendo y bajando cuestas, brillan aún más por la categoría que tienen como personas.
Y ni que decir tiene que lo que pasa en Gredos, se queda en Gredos, jajajjaja.
Saludos y hasta la próxima¡¡¡
Fantástico. Así da gusto viajar...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo!
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