Entre rutas y procesiones por el Parque Natural de la Sierra de Grazalema.

Si en una pregunta del Trivial te pide que indiques cuál es la localidad más lluviosa de España, lo más probable es que pienses en alguna población de Galicia, Asturias, Cantabria o del País Vasco, verdad?  Pocas serían las personas que, de primeras, pensaran en una población de Andalucía.... Sin embargo,  la localidad de Grazalema, situada en la provincia de Cádiz, muy cerca de la provincia de Málaga, es considerada la localidad más lluviosa de España. Y es que, la sierra hace de barrera natural para las corrientes húmedas que llegan desde el océano Atlántico, forzando que esos vientos tengan que elevarse para intentar superar ese conjunto montañoso, con lo que se vuelven más fríos, de forma que finalmente acaban precipitando y soltando toda la humedad que traen consigo. Esta es la explicación (de forma muy resumida) que justifica que esta población alcance una precipitación media anual de 2.000 litros por metro cuadrado, llegando en ocasiones a alcanzar los 4.000. 




Por otro lado, para que un entorno natural sea considerado Parque Natural, han de cumplirse una serie de requisitos, como por ejemplo, que sea una zona con poca intervención del ser humano, o que tenga un conjunto de valores paisajísticos, ecológicos o naturales, de especial relevancia. Dicho esto, la Sierra de Grazalema, fue considerada Parque Natural, entre otros factores, por el hecho de contar con el pinsapo, que es una variedad de abeto, extinguido en otras partes de la península ibérica, pero que ahí, gracias entre otras cosas, a la gran humedad que existe, se ha podido conservar. 




Sirvan estas breves reseñas para ubicar en el mapa y  resaltar las características más destacables, del entorno en el que decidimos pasar unos días haciendo senderismo, a la vez que visitamos algunas de las poblaciones que forman parte de los Pueblos Blancos de Cádiz. 

Antes de nada, quiero remarcar que si te estás planteando realizar rutas por esta zona, es muy importante que previamente realices la reserva pertinente, ya que es requisito obligatorio. Adjunto la página de la Junta de Andalucía desde la que puedes realizar las pertinentes reservas: RESERVAS  

El desplazamiento desde Ribera hasta la zona se nos hizo bastante cómodo, además, como incluimos una parada para desayunar,  nos pareció relativamenoste corto. 

En este caso, al contrario que en otras ocasiones, nuestro primer destino no fue el alojamiento donde nos íbamos a hospedar, sino que nos dirigimos directamente hasta el inicio de nuestra primera ruta, la Senda del Pinsapar, en la localidad de Benamahoma, debido a que era el único día para el que pudimos realizar la reserva. La sensación es un poco rara, pues prácticamente es bajarte del coche y ponerse a andar, sin embargo, es una forma muy buena para aprovechar al máximo el viaje. 

La ruta se puede iniciar desde Grazalema, pero en nuestro caso, como he dicho antes, la comenzamos en Benamahoma, porque Sergio, que es el compañero que nos iba a guiar (como tantas otras veces, jejeje) nos comentó que era mejor, ya que de esta forma, el regreso sería en bajada.

La ida discurrió  al principio por una pista muy amplia, aunque a medida que ibamos subiendo, el camino se fue estrechando, no obstante, en todo momento la senda estaba en muy buenas condiciones. Varias son las  cosas que me gustaría destacar de esta ruta: 

  • Las magníficas vistas que se pueden divisar durante el recorrido,
  • La frondosidad del entorno, que hace que parezca que estás caminando por Asturias o cualquier otra zona del norte de España,   
    






















Y cómo no, otro de los puntos fuertes de esta ruta es la presencia del pinsapo, especie que realmente hasta ese momento desconocía, pero que creo que por las marcadas características de sus hojas, voy a poder reconocer cuando vuelva a verla, ya que es fácilmente distinguible de otro tipo de abetos. El hecho de que se conserve es muy importante, ya que se considera que es una reliquia natural de los bosques de abetos, siendo una de las especies de abetos más antiguas que existen. 


Según la cartelería oficial, la ruta es lineal, enlazando las localidades de Benamahoma y Grazalema, existiendo además en ambos extremos la posibilidad de llamar a una empresa de taxis (hay carteles con los números de teléfono de contacto) por lo que quien quiera, puede contactar en la misma y regresar en coche hasta el punto de inicio. 

En nuestro caso, tratando de hacer una ruta circular, el camino de vuelta lo hicimos tomando una senda que discurre paralela a la carretera y, a pesar de encontar muchísimo barro al inicio de la misma, posteriormente lo agradecimos, puesto que el resto del recorrido discurrió de forma muy cómoda, disfrutando además de unas vistas diferentes a las del camino de ida. 

En total recorrimos 22 kilómetros, con un desnivel algo superior a los 1.000 metros. Como digo, no se trata de una ruta difícil desde el punto de vista técnico, aunque sí es exigente por la distancia y por su desnivel. 


Tras la ruta, nos desplazamos hasta la localidad de Grazalema, donde teníamos reservado el alojamiento. Tras colocar todo y una reconfortante ducha, nos dirigimos a cenar al Nuevo Plaza Restaurante en el que también habíamos realizado reserva previa (algo habitual ya, sobre todo tras la pandemia y la ganas de viajar que todos tenemos). La verdad es que nos gustó  la cena, así como el lugar y también el trato recibido por el personal, por lo que lo recomiendo. Además el precio es bastante asequible. 




Nuestro segundo día lo dedicamos a conocer algunos de los pueblos que conforman la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz. No obstante, decidí madrugar un poco para ver amanecer por las calles de Grazalema. 


En estos pueblos existen numerosas fiestas donde el protagonista es el toro.










Detalles en las ventanas.





Vistas que teníamos desde la terraza de nuestra casa


Tras el desayuno, nos pusimos  de nuevo en ruta, en este caso en dirección a Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos más conocidos de la zona y cuya imagen más conocida es la calle de bares y tiendas que tiene por techo una piedra. Además, dado que era Viernes Santo, pudimos disfrutar del que según nos dijeron, es uno de los días grandes del pueblo, en el que desfila la Legión, acompañando a los pasos que procesionan durante la mañana de este día. 

Tradiciones que se viven desde edades muy tempranas.







Nuestro siguiente destino fue la localidad de Olvera, que, aunque reconozco no me sonaba, me causó una grata sorpresa, destacando sobre todo, la silueta que tiene el pueblo cuando se observa desde fuera. 












Vistas desde el castillo de Olvera.



Procesión del Santo Entierro de Olvera.

Nuestro tercer destino fue la bonita localidad de Zahara de la Sierra, cuya silueta recordaba haber visto anteriormente en un capítulo del programa Volando Voy, que presente el polifacético Calleja. Teniendo en cuenta este recuerdo, en nuestro camino por carretera hasta la localidad, hicimos una parada en el embalse que se encuentra próximo a la localidad, tratando de obtener una bonita vista panorámica del entorno.





Paseando por las empinadas calles del pueblo pudimos encontrar numerosos rincones curiosos, así como excelentes vistas panorámicas del entorno. 








Tengo que decir que hacía años que no veía tantas procesiones, y nunca en un mismo día, jejeje. Y es que aquí también nos encontramos con la procesión del Santo Entierro, en este caso, más sencilla que la que vimos en Olvera, pero el ambiente de recogimiento era el mismo, o incluso mayor. 





Ya de vuelta a Grazalema, esa noche de Viernes Santo, nos encontramos con otra procesión, en este caso, los pasos que procesionaban era Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, algo cuiroso, ya que en la mayoría de los pueblos, este día procesiona el Santo Entierro...

Tras un intenso día visitando pueblos, el sábado lo teníamos reservado para patear el entorno de Grazalema. La ruta resultó muchísimo más interesante de lo que teníamos pensado. Para esta ruta no hacía falta hacer reserva alguna y tuvimos la ventaja de que no tuvimos que coger el coche para iniciarla, ya que comenzaba y terminaba en el propio pueblo. 









Ruta circular de 10 kilómetros, sin grandes dificultades técnicas, pero muy bonita y con unas vistas muy chulas, a las que ayudaron el buen tiempo que tuvimos. 

Como curiosidad, indicar que durante el recorrido se puede visitar el nacimiento del río Guadalete. 


La tarde del sábado, la dedicamos a conocer la localidad malagueña de Ronda, de la que tan solo nos separaban 30 kilómetros. 

Nada más llegar a esta preciosa localidad uno se da cuenta del potencial turístico que tiene, y es que te cruzas con visitantes de nacionalidades muy diversas. 







Mítica plaza de toros de Ronda




En Ronda realizamos una visita guiada, organizada por la Oficina de Turismo de la localidad. La ruta destacó por la particular gracia que tenía el guía que nos asignaron, que  con sus ácidos comentarios sacó en numerosas ocasiones las carcajadas de los asistentes, no obstante, sí nos hubiera gustado unas explicaciones un poco más técnicas durante el recorrido. Aún así, es una visita muy recomendable, pues siempre aprendes muchas más cosas que si haces el recorrido solo por tu cuenta.

Comparto el enlace donde poder hacer la reserva: OFICINA DE TURISMO DE RONDA. VISITAS GUIADAS.

Cenita tranquila el sábado en la casa rural

El último día nos tenía guardado una muy grata sorpresa, y es que íbamos a realizar una ruta interesantísima. Sendero del río Majaceite.  Es una ruta diferente a las que ya habíamos realizado los días previos, ya que en esta ocasión la ruta discure siguiendo el cauce de este caudaloso río, que es el principal afluente del río Guadalete. 











La ruta se inicia en la localidad del Bosque y llega hasta Benamahoma, en principio, el sendero oficial es lineal, pero nosotros la vuelta la realizamos por una senda que discurre un poco más arriba del camino de ida, de esta forma tuvimos unas vistas diferentes en el regreso. No obstante, las vistas que genera el río son tan bonitas que no importa realizar ida y vuelta por el mismo camino. 
Ruta bastante cortita y relajada, la propia para ser el último día de nuestro recorrido por la zona y más, teniendo en cuenta que teníamos que hacer posteriormente el viaje de regreso en coche. 


En resumen, creo que nos salió un viajecito muy apañado, en el que pudimos disfrutar de muchos de los encantos que ofrece esta zona:  
  • rutas de gran valor natural y visual, 
  • visita a bonitos  pueblos de casas encaladas que parecen querer conquistar la  cima de los cerros en los que están situados y además, dadas las fechas, 
  • tradiciones en las que se mezclan cultura popular y religiosidad.
Por todo ello, si aún no conoces esta zona, te recomiendo que la anotes en tu lista de lugares a visitar, pues creo que te va a gustar. 

Bueno, hasta aquí esta entrada con el resumen de nuestro periplo por tierras del interior gaditano y malagueño, espero que os haya gustado y que os hayan entrado ganas de visitarlas. 

 Dejo aquí TODAS LAS FOTOS

Un saludo y hasta la próxima¡¡¡





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