Ahí va la hostia Patxi¡¡¡
Ahí va la hostia Patxi¡¡ expresión coloquial que me viene que ni pintada, para expresar lo que he sentido hace unos días cuando he visitado por primera vez la ciudad de Bilbao.
Mis abuelos estuvieron trabajando hace muchos años allí y aún recuerdo las palabras que utilizaban para describir aquella ciudad industrial (oscura, triste, sucia....) no obstante, era conocedor, a través de los medios de comunicación, que la ciudad durante los últimos 25 años ha vivido una transformación física brutal, por ello, llevaba mucho tiempo con ganas de visitarla y poder ver con mis propios ojos esa metamorfosis .
En cierta medida, la ciudad refleja el cambio de sistema productivo que nuestro país vivió (principalmente el norte: Asturias, Cantabria y País Vasco) pasando de tener grandes industrias pesadas, basadas en la minería y la construcción naval, a convertirnos en un país de servicios.
Son numerosos los vídeos que hay colgados en la red, donde se puede ver el cambio radical que ha experimentado Bilbao, hasta convertirse en lo que es hoy: polo de atracción cultural, de negocios y turismo, del norte de España.
Todo cambio histórico se produce por un conjunto de factores, pero normalmente hay un elemento puntual que se convierte en la chispa que hace que todo se mueva y cambie. En este caso, sin duda alguna, la chispa que originó toda esta transformación urbana fue la construcción del Museo Guggenheim.
Por Bilbao pasa el río Nervión y donde antes había altos hornos, naves industriales, astilleros, barcos petroleros.... ahora nos encontramos edificios y construcciones vanguardistas, diseñados por arquitectos de renombre internacional como Frank Ghery, Norman Foster, Santiago Calatrava o Rafael Moneo.
Con todo, la capital de Vizcaya ha sabido conjugar su importante pasado industrial, con un presente conformado de una gran oferta cultural, de negocios y de servicios, que hacen que encare el futuro con gran optimismo.
Por todo ello, desde el punto de vista visual, la ciudad da mucho juego, ya que hay una gran mezcla de edificios nuevos, junto con construcciones antiguas, lo cual convierten a Bilbao en una interesante metrópolis a fotografiar.
Nuevo San Mamés |
Recuerdos de un pasado industrial |
Torre Iberdrola |
Puente Zubizuri |
Ayuntamiento |
Teatro Arriaga |
Bilbao desde lo alto |
El Museo de Bellas Artes, con una importante colección pictórica, el Azkuna Zentroa, gran motor cultural de la zona centro, numerosas galerías de arte...el Teatro Arriaga con una gran oferta de representaciones, la Universidad de Deusto, centro de conocimiento de importancia nacional....conforman una ciudad con una oferta cultural de gran nivel, donde el Museo Guggenheim es sólo la punta del iceberg.
Centro Azkuna |
Museo Guggenheim |
Pero además de eso, si buscamos un poco, nos encontramos con un Bilbao alternativo, conformado por centros como el Bilbao Rock, que es una antigua iglesia reconvertida en centro cultural donde se realizan exposiciones, se dan conciertos y hay salas para que los músicos puedan ensayar, además hay librerías muy especiales repartidas por la ciudad, muchas de las cuales participan estos días en la feria del libro anarquista. Así mismo, hay mucho arte urbano manifestado en murales que se concentran sobre todo en el barrio de San Francisco, de donde es originario el conocido músico y compositor Fito (de Fito y los Fitipaldis) y que bien merece la pena ser pateado.
Estación de Abando |
Por último, pero no por ello menos importante, destacar la importante oferta culinaria que tiene la ciudad, donde comer unos pintxos acompañados de un buen txacoli es algo de obligado cumplimiento. El Mercado de la Ribera es un buen lugar para ello.
Carolina. Dulce típico |
En resumen, destino totalmente recomendable, pues es una ciudad muy agradable, con una importante oferta cultural, visualmente muy fotogénica y donde se come de miedo. Qué más se puede pedir¡¡¡¡
Camino de Bilbao. Entre las tareas que me recomendabas estaba la lectura. Bien, he empezado por la relectura de tu blog. A la vuelta te evalúo. Por ahora PA +. Las fotos me encantan
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