Descubriendo Extremadura. Las Carantoñas.

La primera vez que oí hablar de las Carantoñas fue en la escuela, nuestra maestra, doña Carmen, tenía colgado un enorme cartel anunciador de las fiestas típicas de su pueblo, Acehúche (Cáceres) y en más de una ocasión nos contaba la historia que había detrás de esa celebración....

Han pasado ya muchísimos años desde entonces, pero las ganas de visitar y disfrutar de esas fiestas, siempre han estado en mi mente. 

Las Carantoñas son Fiesta de Interés Turístico Regional y se celebran siempre el día 20 de Enero, coincidiendo con el festividad de San Sebastián, de ahí que,  como este año caía en Domingo, hemos podido darnos un salto para contemplarlas. 

Según parece,  se trata de la representación del martirio que sufrió San Sebastián, que después de ser asaetado (herido con saetas, que son pequeñas flechas con punta de metal) fue atado a un árbol en mitad del campo, con el propósito de que las fieras se lo comieran, sin embargo, las fieras lo respetaron y finalmente el santo pudo ser rescatado por los cristianos. 

A partir de las once de la mañana comienzan a aparecer las primeras carantoñas (hasta la fecha este papel siempre ha sido representado por hombres) y las regaoras, que son la mujeres jóvenes del pueblo ataviadas con el traje típico.

Normalmente los hombres que se visten de carantoñas han de ser ayudados por otras personas, pues la complejidad de la vestimenta impide que una persona pueda hacerlo por sí misma. El atuendo está compuesto por pieles de oveja, cabra o zorro, por su parte, la cabeza la llevan cubierta por una careta que puede llevar dientes, orejas de animales y pimientos rojos. Así mismo, llevan en la mano una rama seca de acebuche. 

El punto de concentración es la casa del mayordomo, figura que va cambiando aleatoriamente cada año y que se encarga de agasajar a los vecinos  con dulces, migas, aguardiente...

Poco a poco, los aledaños de la casa del mayordomo se van llenando de gente, que al son del tamborilero comienzan a bailar danzas tradicionales extremeñas. 

Se respira en el ambiente una mezcla de alegría y sentimiento, pues se nota que las gentes del lugar viven con mucho entusiasmo, pero, a la vez, con muchísimo respeto esta fiesta. 

Sobre las doce, todos van en dirección a la iglesia del pueblo, donde no pueden entrar las carantoñas que han de quedarse fuera, mientras en su interior se llevan a cabo una serie de cánticos y salvas al santo. Pasados unos minutos, las regaoras salen y con unos cordones, hacen un pasillo para que pueda salir el santo en procesión, el cual es recibido por un estruendo de disparos de escopetas, realizados por los tiraores.  En la procesión, que se desarrolla por diferentes calles del pueblo, las carantoñas van delante de San Sebastián, haciéndoles reverencias, representando la historia del martirio vivido por el santo. 

Cuando la procesión llega a la casa del mayordomo, desde el balcón se echa la loa (palabras de agradecimiento del mayordomo). Finalizada la loa, los tiraores disparan al aire, mientras que las regaoras echan confeti al santo. 

Posteriormente se celebra la misa y una vez finalizada, todo el mundo se dirige al convite que consta de dulces típicos (flores, prestines...) así como vinos y refrescos. 

En resumen, creo que se trata de una fiesta muy especial, que conserva la esencia de un pasado rico en tradiciones. Se merece con creces, el reconocimiento que ya tiene de  Fiesta de Interés Turístico Regional y creo que podría aspirar incluso a algo más, pues conjuga perfectamente la tradición y la fiesta, todo dentro de un ambiente muy especial creado por el respeto, buen hacer e intensidad con la que los acehucheños viven esta fiesta.