Senderismo por la provincia de Huelva- Rutas de los Colores
Hace ya tiempo que teníamos en mente organizar una serie de rutas senderistas por la provincia de Huelva y es que nuestros vecinos onubenses poseen un territorio muy diverso, con multitud de opciones para aquellos a los que nos gusta caminar.
En este caso, teníamos pensado realizar dos rutas, en principio muy diferentes entre sí, pues en una íbamos a disfrutar de los encantos de la naturaleza y en la otra, podríamos contemplar los efectos que la acción del hombre tiene sobre el territorio, sin embargo, a pesar de ser rutas tan dispares, tenían algo muy importante en común: el color. En ambos casos, han sido rutas donde ha destacado el color por encima de todo. Si en una destacaban el verde y amarillo de los castaños que pueblan las sierras, en las que como por arte de magia, aparecen pueblos de blanco inmaculado bajo el potente azul del cielo, en otra, los alberos, marrones, naranjas y negros, nos dejaron con la boca abierta.
Teniendo en cuenta estas similitudes y diferencias, paso a desarrollar el relato de las dos rutas que realizamos el pasado fin de semana por la provincia de Huelva: Ruta por la Sierra de Aracena y Ruta por las Minas de Riotinto y que he denominado como Rutas de los Colores.
RUTA POR LA SIERRA DE ARACENA
Sierra de Aracena y Picos de Aroche, fue declarado Parque Natural en Julio de 1989.
Se encuentra al noroeste de la provincia de Huelva, tratándose de un conjunto montañoso de mediana altura, que forma parte de Sierra Morena. En concreto, está formado por dos alineaciones montañosas, una al norte y otra al sur, y en el medio, existe una depresión donde se sitúan las riveras de los ríos Múrtigas y Rivera de Huelva, afluentes a su vez del Guadiana y Guadalquivir respectivamente.
Tiene una extensión de 186.000 hectáreas. La especial orientación orográfica de sus sierras, hace que tenga una abundante cantidad de lluvias, lo cual favorece que existan unas condiciones climatológicas muy particulares.
En lo relativo a la flora, en la zona norte del parque predominan las dehesas de encinas, en las zonas de umbría existen quejigos y alcornoques y en las partes más altas y frías, encontraremos grandes extensiones de bosques de castaños. En conjunto, estamos ante una de las zonas boscosas más extensa y mejor conservadas de la Región Mediterránea.
Tradicionalmente, las gentes del lugar han vivido de la agricultura y la ganadería. Actividades como la saca, que consiste en extraer el corcho de los alcornoques, o el aprovechamiento de los frondosos castaños, así como la cría del cerdo ibérico, que se alimenta de bellotas en las amplias dehesas, han conformado la forma tradicional de ganarse la vida que tenían de los habitantes de esta zona. No obstante, a medida que ha ido creciendo en nuestra sociedad, el interés por el conocimiento y disfrute de la naturaleza y la realización de actividades al aire libre, ha hecho que proliferen gran cantidad de establecimientos hosteleros y casas rurales, pasando a ser el turismo, un factor económico de gran importancia para las poblaciones que se encuentran dentro de este parque natural.
Dentro de las actividades que se pueden desarrollar en esta zona, destaca el senderismo, pues la zona cuenta con una amplia red de rutas, perfectamente señalizadas y que además cuentan con varios alicientes:
- Existencia de frondosos bosques de castaños, lo cual hace que sean rutas visualmente muy espectaculares, generando colores muy diferentes, según las distintas estaciones del año y además proporcionan una valiosa sombra, que te protege de los rayos del sol en días calurosos.
- Las rutas atraviesan muchos de los numerosos pueblos de sierra que existen en la zona, por lo que la caminata tiene más atractivo, ya que en su mayoría son pueblos muy pintorescos que cuentan con bonitos rincones que merece la pena contemplar. Además, es posible realizar paradas en cualquiera de los bares y restaurantes con los que cuentan y así hacer más ameno el recorrido.
- Por último, indicar que son en su mayoría rutas circulares, que además pueden entrelazarse unas con otras, de forma que podemos adaptar el recorrido según nuestras preferencias, o según las necesidades que vayan surgiendo sobre la marcha.
Primeras luces de un Sábado rutero |
En nuestro caso, tomamos como punto del partida la localidad de Fuenteheridos. Bonito pueblo de sierra, donde, como en el resto de localidades de la zona, destaca el blanco de las fachadas encaladas de las casas, en un entramado de calles que van a parar a la Plaza del Coso, en el centro de la localidad, que es donde se desarrolla la mayor parte de la vida social del pueblo.
Desayuno en un bar de la plaza (donde aparte de churros, pudimos probar dulces de Fuente del Maestre, cortesía de nuestra compañera Luisa) y manos a la obra, nos pusimos a caminar.
Aunque a primera hora hacía un pelín de frío, se preveía un día caluroso (un tanto excesivo para la altura del año en la que nos encontramos) pero a pesar de ello, como la ruta discurre junto a enormes castaños, durante la mayor parte del recorrido fuimos caminando bajo la sombra que estos árboles centenarios generan, por lo que fue una ruta con una temperatura muy agradable.
Verdes, amarillos, azules..... |
Ruta muy transitada, pues nos encontramos con varios grupos de ciclistas con bicicletas de montaña, personas recolectando setas, así como otros muchos senderistas, que como nosotros, se habían animado a pasar un buen día por la sierra.
Tras unos kilómetros de ruta, llegamos a Galaroza, que nos recibe con calles muy amplias y limpias, y con un curioso empedrado. Así mismo, cuenta con viviendas que son ejemplo de la arquitectura tradicional de la zona, con fachadas encaladas, curiosas chimeneas y balcones con arcos muy característicos. Durante el paseo por el pueblo, un amable matrimonio, nos invitó a entrar en su casa para contemplar unos suelos hidráulicos muy bien conservados y bóvedas muy interesantes.
Interior de una casa típica de la zona |
Conjunto completo |
Suelos hidráulicos muy bien conservados |
Puerta típica de la zona |
Varios pasos y al final el corral |
Continuamos la marcha dirección Castaño del Robledo. En este tramo fue donde encontramos las primeras cuestas de una ruta que hasta el momento había sido muy cómoda. En las afueras del pueblo, nos encontramos una tienda de alimentación, donde con muy buen criterio, sus dueños han instalado una amplia terraza con sillas y mesas, siendo lugar de repostaje para gran número de caminantes (nos recordaba a espacios similares que podemos encontrar en el Camino de Santiago)
Este pequeño pueblo guarda un gran secreto: la conocida como Iglesia Inacabada. Construcción de enormes proporciones, de estilo neoclásico, originaria del siglo XVII, que se comenzó a construir porque la única iglesia que había hasta ese momento, se quedó pequeña para albergar al número creciente de feligreses, dado el incremento poblacional que vivió la localidad. Debido a posteriores problemas de materiales y de presupuesto, la obra quedó inconclusa y la edificación quedó en estado de abandono, hasta que a finales del siglo XX fue restaurada y recuperada para la realización de actividades culturales.
Iglesias inacabada |
Este estilo de puerta es común en todos los pueblos |
Al ser pueblos serranos, la mayoría de sus calles tienen cuestas |
Otro de los pueblos que atravesamos en nuestro caminar fue Alájar, donde existe un curioso ambiente hippy, que se aprecia no solo a simple vista, sino que también se huele rápidamente en el ambiente..... Aquí fue donde decidimos parar más tiempo para comer y tomar unas cervezas, en un bar situado en la plaza del pueblo. Desde este punto, se veía nuestro próximo destino: la Peña de Arias Montano, que fue sin duda, el ascenso más trabajado de la ruta, aunque en realidad, a todos se nos hizo más corto de lo que habíamos pensado. Parecía que se estaba celebrando alguna romería o festividad especial en lo alto de la Peña, porque había misa en la ermita y mucha gente por todos lados, así como puestos de venta de castañas asadas, otros de venta productos religiosos... No te puedes ir de este lugar sin visitar el balcón-mirador, desde donde hay unas vistas espectaculares de la zona.
Zona apache |
Contraportada |
Asando castañas |
A partir de este punto, ya no habría ninguna parada más hasta llegar a nuestro destino final. Nos encontramos alguna que otra subida, que se nos hizo un poco pesada, pero más que por la dificultad en sí, por la cantidad de horas que llevábamos caminando. No obstante, la mayor parte de este tramo era muy asequible.
A medida que el sol iba cayendo, el cielo iba mudando su color, generando una estampa espectacular, que nos dejó con la boca abierta, colofón perfecto para un completo día de ruta.
Broche de oro para el final de una gran ruta |
En total recorrimos 25 kilómetros, de una ruta muy completa, que aúna paisajes de gran valor natural con pueblos de una arquitectura muy singular.
Totalmente recomendable.
RUTA SENDERISTA POR LAS MINAS DE RIOTINTO
Tras la ruta del día anterior, ahora nos esperaba algo completamente distinto. No íbamos a atravesar bosques de castaños, ni a caminar por dehesas llenas de encinas... Ahora íbamos a contemplar cómo la mano el hombre puede trastocar un entorno, para convertirlo en algo totalmente distinto. No obstante, tampoco podemos perder de vista otro detalle, y es que a pesar de la intervención del hombre, lo que en un principio puede parecer una aberración, al final, la naturaleza también lo cambia, lo modifica, lo integra, para llegar a convertirlo en algo interesante, curioso y diferente.
La historia de las Minas de Riotinto se remonta al origen de las civilizaciones, de hecho, fenicios y tartessos ya las explotaron, no obstante, fueron los romanos los que introdujeron una serie de adelantos técnicos que propició un mejor aprovechamiento de los recursos minerales de la zona. El yacimiento cuenta principalmente con cobre, zinc y plomo, aunque también existe plata y oro.
La época de mayor esplendor de la explotación minera fue a partir de 1873, cuando un consorcio empresarial británico compra las minas al Estado y funda la Rio Tinto Limited Company.
Con la llegada de los ingleses, se llevan a cabo importantes inversiones a fin de aumentar la eficiencia y la capacidad de extracción. De esta época es la construcción de diferentes vías férreas sobre las que circularán numerosos trenes, para llevar los minerales hasta el puerto de Huelva (antes el transporte se realizaba con carros tirados por bestias) para su posterior envío en barcos a Inglaterra. Otro elemento originario de esta época es el fotogénico muelle metálico del puerto de Huelva.
Para hacernos una idea del revulsivo que supuso la llegada de capital extranjero, basta decir que el pueblo de Riotinto, pasó de tener 4.900 habitantes en 1877 a 11.600 en el año 1900. De este incremento poblacional, un porcentaje bastante alto correspondía a personal inglés. Llegaron muchos ingenieros, técnicos... que se asentaron en la zona. No obstante, según pudimos leer en algunos paneles explicativos, no hubo una integración real de los mismos, con la sociedad local, sino que llevaban a cabo una vida al margen de la del resto de obreros, pues por ejemplo, vivían en zonas residenciales diferenciadas y hasta contaban con su propia iglesia de credo protestante.
Algo que en lo que sí dejaron huella los ingleses, fue en la introducción del fútbol en nuestras vidas y es que la provincia de Huelva es la cuna del fútbol en España.
En 1954 las minas pasaron de nuevo a manos españolas y tras pasar por diversas empresas, en 2001, la caída del precio de los metales, hizo que tuvieran que cerrar sus puertas.
En 2007, debido a la mayor demanda de países como China o India, el precio de los metales vuelve a subir y se reabre parte de la explotación, en este caso, gestionada por una empresa chipriota. Actualmente sigue en explotación.
De todo el amplio complejo, hay una parte que ya no tiene actividad minera y se ha dedicado al turismo, existiendo incluso un tren que puedes tomar para hacer un recorrido por la zona. En las áreas que están en explotación, puede verse el ir y venir de camiones y otros vehículos pesados realizando su trabajo diario.
Dejo a continuación algunas de las fotos más interesantes del recorrido que hicimos por la zona.
En el Mirador del Cerro Colorado. Zona aún en activo. |
Área de la Casa 21. Antigua zona residencial británica |
Mina Corta Atalaya |
Reflejos |
Vistas preferentes |
Colores y texturas |
Ahora se entiende el por qué del nombre del río |
Antiguas instalaciones mineras |
Viaje en el tiempo |
Pasajeros al tren.... |
Marte en la Tierra |
Momento foto |
Dejo aquí TODAS LAS FOTOS
En resumen, puedo decir que fue un fin de semana muy completo, con dos rutas muy diferentes, pero a la vez, con cosas en común. Sinceramente me he quedado con ganas de más, pues me ha encantado la zona y hay muchas otras rutas por las que me gustaría caminar y otros pueblos que estoy deseando conocer y teniendo en cuenta lo cerca que está de nuestra tierra, es muy factible que vuelva a visitar esta zona en fechas futuras.
Buenos, pues hasta aquí esta entrada, espero que os haya resultado interesante y os animo a realizar senderismo por estas tierras e impregnaros del ambiente de la zona.
Hasta la próxima.
Pués, que más decirte, una descripción espectacular de la ruta, y envidia que me da no poder acompañaros, quizás en la próxima salida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amigo.
Seguro que me repito en mis comentarios, pero es cierto. Te superas cada día y vas introduciendo novedades que hacen más atractivos tus "resúmenes". Esta vez, las gentes formando parte de las fotos las hacen todavía más interesantes. Fantástico Javi.
ResponderEliminarGracias. Esto de la fotografía me ayuda a saborear más cada ruta que hago.
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