Berlín Berlín

   Con mucha frecuencia utilizamos un adjetivo para definir qué nos ha parecido una ciudad, puede ser cosmopolita, fotogénica, señorial, transgresora, moderna, monumental.... ah¡ y se me olvidada ese adjetivo tan utilizado últimamente,  ecléctica.  Sin embargo, son pocas las veces que nos paramos a pensar por qué esa ciudad es como es. En este viaje, que he realizado junto con mis amigos a Berlín, hemos descubierto el trasfondo histórico de una ciudad y a través de su pasado, hemos podido comprender la realidad que hoy en día es. 




   La primera impresión  que genera la ciudad es extraña, pues a pesar de ser una gran capital, es una ciudad relativamente tranquila,  no genera esa sensación de multitud, un tanto  estresante, de las grandes urbes y tampoco ofrece una imagen especialmente atractiva. Pero a medida que hemos ido descubriéndola,  va calando hondo, de tal forma, que puedo decir que es la ciudad que más me ha marcado de todas las que he visitado. Y es que entre otras cosas, estamos en la ciudad que ha sido epicentro de la historia del siglo XX

    Berlín es, desde hace muchos años, una  isla en mitad de Alemania. Podemos decir que va por libre. Si los alemanes tienen fama de ser muy ordenados, de hablar fuerte, de ser una sociedad muy tradicional... su capital es  diferente. Esa imagen típica  que hay de los alemanes, tiene en  Múnich uno de sus mejores exponentes, sin embargo, los berlineses  son poco ruidosos, no destacan por ser excesivamente cuadriculados, tienen una mentalidad muy abierta y tienen poco de tradicionales. 

    En los años veinte del siglo pasado, tras la derrota de Alemania en  la Primera Guerra Mundial y como muestra de rebeldía con el sistema anterior,  la sociedad berlinesa se convirtió en referente cultural y de libertad a nivel mundial, dando cobijo a todas aquellas personas que no comulgaban con los principios del anterior sistema.  La ciudad se llenó de  intelectuales y artistas de todo tipo y origen,  existían muchísimos teatros y  cabarets, había  multitud de periódicos... Personas de toda condición tenían plena libertad para mostrarse tal y como eran.  

   Pero toda esta riqueza social y cultural se rompió con el surgimiento del régimen nazi. Artistas, intelectuales y todas aquellas personas que no estaban bajo los cánones establecidos como normales por el nuevo régimen, fueron perseguidos.  Ello originó el éxodo de la flor y  nata de la cultura berlinesa,  hacia otras partes del mundo, siendo los ejemplos más relevantes, el científico Einstein o la artista Marlene Dietrich. 

   Comienza aquí un largo período de oscuridad para la ciudad. En primer lugar, la Segunda Guerra Mundial, que acabaría con la caída del régimen nazi y con la destrucción total de Berlín por los bombardeos de aliados y soviéticos. Pocos edificios quedaron en pie. Pero es que posteriormente, con el reparto de la ciudad entre los vencedores de la contienda, Berlín se convierte en el máximo exponente mundial de la división por el telón de acero, entre un Occidente capitalista y el bloque comunista del Este.

   La ciudad se mantiene dividida hasta  Noviembre de 1989, fecha en la que cae el Muro y tras años de restricciones, se produce un estallido de libertad que vuelve a convertir a Berlín en epicentro cultural del mundo, conformando una urbe multiracial y  multicultural, que vuelve a acoger a artistas de todo tipo, deseosos de dar rienda suelta a todos sus proyectos. Si bien es cierto, que aunque en un principio, todo es de una forma un tanto anárquica, alocada y hasta divertida,  con el paso  de los años, el sistema capitalista ha dejado su impronta y hoy día es todo más formal y un tanto comercial, pero eso es algo difícil de evitar en un mundo globalizado como el que tenemos. 


Puerta de Brandenburgo, simbolo de la reunificación alemana


   Bueno, pues una vez resumido el contexto histórico en el que se enmarca la ciudad y que como antes dije, nos sirve para conocer su situación actual,  paso a describir lo que ha  sido nuestra visita por la capital germana. Una visita que puede resumirse bajo una palabra: SENSACIONES

   Sí, ha sido un viaje de sensaciones, por un lado, por visitar lugares que han sido parte importante de la historia reciente de la humanidad, para bien y para mal, que de todo hay,  así mismo, sensación de libertad, por la forma de ser de sus ciudadanos,  pero a la vez, sensación de tristeza por las atrocidades que aquí ocurrieron

   Para planificar la visita, organizamos todo en base a diversos tours, que reservamos previamente por internet, de esta forma, todas las mañanas teníamos alguna visita guiada con temática diferente y las tardes las dejamos libres, para hacer aquello que nos apetecía, de una forma mas personal. En este caso concreto, recomiendo mucho la realización de estos tours, porque gracias a ellos, hemos podido comprender el trasfondo histórico de la ciudad y con ello, hemos tenido una visión más amplia de nuestra visita, además ello nos ha servido para enriquecer notoriamente nuestro viaje. 

   Por un lado, realizamos la visita a  los principales monumentos y puntos emblemáticos de la ciudad.

 Importante decir que la mayoría de los edificios históricos han sido total o parcialmente reconstruidos, pues tras la II Guerra Mundial la ciudad quedó devastada. 





Berliner Dom. Catedral protestante




Plaza de los Gendarmes


   Muy impactante, por lo simbólico que tiene,  fue la visita a  Bebelplatz, conocida tristemente por ser el lugar donde aconteció La Quema de Libros en 1933. Hay una reseña muy curiosa y premonitoria, que dice: "Eso fue solo un preludio, ahí donde se queman libros, se terminan quemando también personas" Corresponde a una cita de un libro de Heinrich Heine escrito en 1817.


 Antigua biblioteca. Desde sus ventanas se arrojaron miles de libros hacia la hoguera


Cúpula de la iglesia católica


  Por otro lado, hicimos una visita organizada al campo de concentración de Sachsenhausen.

  Se trata de la primera visita que he realizado en mi vida a un lugar como éste. Aparte de la sensación de tristeza que a uno le invade, me impresionó lo espectacular que estaba el cielo y me sobrecogió pensar que bajo ese mismo cielo  ocurriesen todas aquellas atrocidades que nos fueron contando.




    Destacar el enorme respeto que mostraban todos los visitantes. No se puede fumar dentro del recinto y el motivo tiene un trasfondo mucho más simbólico del que en un principio pensábamos.... 
    Creo que al menos una vez en la vida, todas las personas tendríamos que hacer una visita a un sitio similar, a fin de evitar que volvamos a cometer los mismos errores en el futuro. 




   Según nos indicaron, en los colegios alemanes es obligatorio que todos los alumnos hagan una visita a un campo de concentración. Es muy importante destacar que tanto con este gesto, como con otros muchos, el país está lleno de símbolos que recuerdan el Holocausto, como una forma de redimirse de su pasado, aceptando su culpabilidad y con la pretensión de que esto no vuelva a ocurrir nunca más.

   A este respecto, es muy habitual, paseando por Berlín, encontrarse en los acerados unas placas delante de determinadas viviendas. Indican el nombre, fecha de nacimiento, fecha de deportación y en su caso, fecha de fallecimiento, y es en recuerdo de personas que vivieron en esas casas durante aquel período y que sufrieron la barbarie del régimen. 





Monumento situado en la entrada del antiguo cementerio judío


Monumento a los judíos de Europa asesinados



   Otra de las visitas organizadas fue a la ciudad de Potsdam

  En este caso, el tour nos sirvió para conocer los orígenes de Alemania como nación, así como las vicisitudes de sus monarcas más relevantes, alguno de los cuales tuvo una vida que bien vale de argumento para una serie de Netflix. 

  Potsdam es Patrimonio de la Humanidad y a modo de comparación, es como si fuese el Aranjuez alemán, pues es la ciudad donde los reyes construyeron ostentosos palacios en los que ocultarse de la vida pública y disfrutar de fiestas privadas que a más de uno dejaría sorprendido. 








   La verdad es que esta visita fue toda una sorpresa, pues no me imaginaba la espectacularidad de sus palacios y jardines, y en cierta medida, también supuso un paréntesis dentro de todo lo que hasta ese momento había significado nuestro recorrido por  Berlín (que hasta entonces había girado en torno a la II Guerra Mundial)  Recomiendo encarecidamente la visita a esta ciudad.




      

 


Palacio de Sanssouci

Tumba de Federico II el Grande

Primera Puerta de Brandenburgo


  
   Para completar nuestro recorrido por la capital germana, decidimos realizar un Tour por el Berlín más Alternativo.

  En un principio, podíamos pensar que sería un recorrido para visitar los grafitis y murales más relevantes, pero fue mucho más que eso, pues nos sirvió para conocer mejor la idiosincrasia de los berlineses, en ejemplos palpables como la existencia y aceptación por buena parte de la sociedad, de casas de ocupas (este tema merece un capítulo aparte, pero como anotación, indicar que no se trata de la imagen del ocupa que tenemos en nuestro país, para empezar, aquí los ocupas pagan luz y agua como el resto de ciudadanos)  

   De todas formas, este tour, sirvió para completar una imagen que ya nos habíamos conformado del ambiente cultural que se respira por la ciudad y es que Berlín está lleno de arte por todos lados. Podemos decir que en cuanto a arte urbano es la capital mundial, pues áreas como la East Side Galery  son mundialmente conocidas, así mismo tiene muchas antiguas zonas industriales que han sido adaptadas para galerías de arte y para la realización de actividades al aire libre que los ciudadanos utilizan con gran profusión.

Algunos ejemplos:

- Urban Spree Galery. Antigua zona industrial reconvertida en galerías de arte, bares, zonas de skate...











 - East Side Gallery. Mundialmente conocida. Es una galería de arte al aire libre que además tiene como particularidad que el mural donde está realizado es el antiguo Muro de Berlín. Tiene una longitud aproximada de 1,5 kms. Visita obligada aunque está muy concurrida. 


Tempus Fugit

El Beso 









   Otras muestras de arte urbano que nos encontramos por la ciudad.....

Obra de El Bocho


Ana Frank






   Berlín cuenta con una oferta de museos enorme. Hay museos para todo, desde el Museo de las Cosas, hasta el Museo de los Ramones. No obstante, de entre todos ellos, destacan los situados en la  Isla de los Museos, siendo prácticamente obligada la visita al  Museo de Pérgamo, que acoge en sus instalaciones la  Puerta de Ishtar de Babilonia o la Puerta del Mercado Romano de Mileto.  Por obras de rehabilitación del museo, no está accesible la visita al Altar de Pérgamo...

   También visitamos el Neues Museum donde entre otras obras, destaca el busto de Nefertiti.
  
  Aprovecho  para indicar que para movernos por la ciudad, compramos nada más llegar al aeropuerto,  la Berlin Welcome Card, que puedes pillarla para varios días. Durante esos días puedes utilizarla de forma ilimitada en tren, metro y autobús (el servicio de transportes público es muy bueno, pues tiene una red muy extensa y es puntual) Hay varias zonas, la ABC permite realizar salidas a Potsdam. Importante: una vez que compres el ticket, tienes que validarlo en las máquinas que hay para ello en las estaciones. 







   También nos gustó mucho la visita a los patios del barrio judío (los bloques de viviendas originan unos interesantes patios interiores que tiene muchísima vida, pudiendo encontrar en su interior cafés, bares o galerías de arte) 

   La galería de arte Urban Nation me resultó realmente interesante, además es gratuita y está muy cerca de una parada de metro. 










   Una recomendación que encontramos por internet y que desde aquí también aconsejo realizar, es la subida al rascacielos del Hotel Park Inn, en Alexander Platz. Desde el mirador situado en la planta número cuarenta, se obtienen unas vistas espectaculares de la ciudad. La entrada cuesta 4 euros y hay una terraza donde puedes tomar una cerveza.

   Como particularidad indicar que la ciudad es totalmente plana. Si en algún momento te topas u observas un montículo o pequeña sierra (hoy en día suelen ser parques)  se corresponde con escombros de la destrucción causada en la II Guerra Mundial (se aprovechó casi todo para la rehabilitación de viviendas, pero todo aquello que no se pudo reutilizar, se depositó en estas montañas artificiales) 

   Así mismo, el hecho de que la ciudad sea tan llana, permite que la Torre de la Televisión sea visible desde prácticamente todos los puntos de Berlín. En cierto modo, pienso en este edificio, como la figura del ojo que todo lo ve, el Big Brother del sector comunista, pues desde ahí, tenían acceso visual a todo lo que ocurría tanto en el Berlín Oriental como en el Occidental.  Hoy en día es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. 












   Tras la reunificación alemana, Berlín recuperó la capitalidad de todo el país y, a partir de esa fecha, comenzó a recibir ingentes cantidades de dinero, para reconstruir una ciudad que había estado dividida y  que tenía multitud de viejas y decrépitas construcciones, algunas en estado ruinoso, desde el fin de la II Guerra Mundial. Por este motivo, desde finales del siglo pasado, hasta prácticamente nuestros días, la ciudad ha sido foco de atracción de los más reconocidos arquitectos a nivel mundial. Niemeyer, Frank Gerhy y  Norman Foster, entre otros, han dejado su impronta en la ciudad. 


Sello de Frank Gerhy


Potsdamer Platz


















Obra de Norman Foster


  Por último, dejo algunas otras fotos curiosas que he podido realizar en nuestro periplo germánico. 




Revisando esta foto, me suena haberla visto como portada de algún libro utilizado en el colegio...

La bicicleta es un medio de transporte muy utilizado

Memorial del Holocausto












Conocida coloquialmente como la muela picada











El ojo que todo lo ve








 Vestido adrede para cuadrar con los  murales del East Side Gallery








   La visita al Reichstag es otra de las sugerencias que me gustaría dejar. La cúpula fue proyectada por Norman Foster, tiene una forma muy original y en su recorrido puedes ver los monumentos más importantes de la ciudad, explicados a través de una audioguía. La visita es gratuita pero es recomendable realizar la reserva por internet unas semanas antes. 







Ciudad de contrastes.

Arquitectura típica comunista con murales interesantes




  En resumen, creo que se trata de una ciudad muy interesante, conformada por personas con una mentalidad muy abierta y que emana arte y cultura por todos lados. Me ha encantado la sensación que me ha transmitido. 


   Creo que en esta ocasión me he excedido un poco en la entrada, por lo que disculpas si he sido muy pesado,  pero es que tenía muchas cosas que contar, ya no solo de cara a las personas que me puedan leer, sino también a modo de recordatorio para mí, pues me gustaría que esta entrada cada vez que la vuelva a releer, me evoque las sensaciones que esta ciudad me ha generado, sensaciones que ahora mantengo frescas, pero que todos sabemos que con el paso del tiempo se olvidan y espero que estas palabras y estas fotos, me ayuden a retomarlas.


   Bueno, pues espero que os haya gustado y hasta la próxima. 








Comentarios

  1. Magnífica ciudad que merece el esfuerzo visitarla. Llena de contrastes que te llegan al alma.

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  2. Fantastico el blog y, cómo no, las fotografias. Transmites perfectamente las sensaciones y emociones que te ha generado la ciudad. Me quito el sombrero...

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  3. Muchas gracias por tus palabras Maribel. Me alegro que se entienda bien lo que quiero transmitir. Ha sido una gran experiencia y por eso me ha gustado compartirla.

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