Jarrapellejos. Felipe Trigo
No sé si alguna vez os ha pasado, pero a mí me suele ocurrir que las cosas que no se prevén son las que mejor salen. Esto viene a cuento porque hace unos días, de casualidad, di con un libro que nunca me había planteado leer, pero que me llamó mucho la atención porque había tenido referencias suyas por unas lecturas que estoy haciendo sobre estudios relacionados con el pasado, el presente y el futuro de Extremadura. Este libro en cuestión es Jarrapellejos del insigne escritor serón Felipe Trigo .
Imagino que muchos de vosotros ya lo habéis leído, pero si no es así, os lo recomiendo encarecidamente.
He de decir que, al principio, la lectura me resultó un poco dificultosa, debido a la forma en la que el libro está escrito, con expresiones y formas verbales utilizadas antiguamente y que ahora están más en desuso y es que hemos de tener en cuenta que la obra fue publicada en 1914, no obstante, en cuanto avanzas unas páginas, la historia te embauca de tal manera que no quieres dejar de leer y te acabas acostumbrando al formato de escritura empleado por el autor.
Jarrapellejos se desarrolla en un pueblo de la provincia de Badajoz, cercano al río Guadiana y es un libro que narra de una forma muy desgarradora, la situación que vivían algunas zonas rurales de España a principios del siglo XX, donde la vida estaba totalmente condicionada por las decisiones del cacique de turno, en este caso Juan Luís Jarrapellejos, que solo miraba por sus intereses y los de su familia, sin importarle el porvenir de sus habitantes.
A pesar de que no había estamento social ni institución que no estuviese intervenida por la mano del cacique, en el libro se destacan una serie de elementos especialmente afectados por ese poder caciquil:
- Educación. Con esta frase, extraída del libro "El pueblo no comerá más aunque aprenda gramática en la escuela, y, en cambio, sabrá mejor de su hambre y del hartazgo de los otros" se resume perfectamente el interés de Jarrapellejos en que el pueblo fuera analfabeto, para de esta forma, poder seguir abusando de sus gentes y tenerlos controlados en su beneficio.
- Economía. La situación distaba muy poco de la vivida en la época feudal y es que los terratenientes miraban únicamente por sus intereses, obviando cualquier tipo de intervención que beneficiase al conjunto de la sociedad. Desde el momento que les pudiese afectar un sólo céntimo a sus bolsillos, eran totalmente contrarios a cualquier tipo de avance, llámese regadío, tren o conformación de cooperativas.
-Mujer. La cruel forma en la que la mujer era tratada en esa sociedad es, tal vez, el aspecto que más resalta en toda la obra. Era el último escalafón de una sociedad muy machista. Maltratada por todos (ricos y pobres) y utilizada en muchos casos como mercancía.
Con toda esta mezcla, el libro realiza un relato, en mi opinión bastante fidedigno, de la situación que se vivía en Extremadura en particular y en muchas zonas rurales de España en general. Así mismo, debo indicar que el conjunto de historias entrelazadas que acontecen, se narran de forma muy interesante, de forma que te mantiene expectante.
Como pasa con todas las sociedades, para saber por qué son hoy como son, antes debemos informarnos de dónde vienen. Pues bien, leyendo esta obra, podemos hacernos una idea del pasado de nuestra tierra y por ende, podemos determinar muchas de las pautas de comportamiento que el pueblo extremeño ha tenido durante años. Aquí es donde enlazo con otro de los libros en el que estoy inmerso desde hace un par de meses "A los extremeños qué nos pasa para estar donde estamos....." de Beturia Ediciones, que también comentaré pero en fechas futuras, pues se trata de una recopilación de estudios sobre Extremadura y tiene mucha información que procesar.
En resumen, estamos ante una obra de gran dureza, pero a la vez muy realista, que se narra con un formalismo gramatical que aunque al principio resulta un poco difícil de seguir, al final resulta hasta interesante. Es un libro de los que dejan huella. Totalmente recomendable.
Nota: Como curiosidad, indicar que la obra fue llevada al cine de la mano de Antonio Giménez Rico en 1987.
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