Sierra de Gredos. Héroes de la Antártida

¿Os acordáis de Mecano y su canción "Héroes de la Antártida"? "Que dios salve a la reina, gloria eterna a los héroes, de la Antártida......" Hace ya la tira de años, el mayor de mis hermanos me regaló una cinta grabada con todos los temas del disco Descanso Dominical y recuerdo haber escuchado todas las canciones mil y una vez, hasta aprender casi de memoria las letras.
Pues bien, esta canción se nos vino en un par de ocasiones a la mente, el pasado 9 de Junio, cuando intentábamos el ascenso al pico Calvitero, en la Sierra de Gredos. (cuando veáis la fotos, entenderéis por qué) Y al igual que el Capitán Scott (aunque en esta ocasión con un final feliz) voy a realizar mi pequeño diario de lo que allí vivimos. 

Saliendo desde la plataforma del Travieso, nuestra pretensión era ascender a varias de las cimas de la zona, incluyendo, por supuesto, el  Calvitero o Torreón, para terminar nuestro recorrido cerca del pantano de Navamuño.

Inicio de la ruta

Los primeros neveros no tardan en aparecer

Estampas invernales en pleno mes de Junio

 No fue una ruta excesivamente exigente desde el punto de vista físico, pero las condiciones meteorológicas existentes (con viento, lluvia, nieve y granizo), hicieron que tuviésemos que tirar de concentración mental para avanzar en nuestra senda. Finalmente, conscientes de las adversidades, tuvimos que acortar y modificar el recorrido, dejando el planteamiento inicial para otra ocasión más propicia, por lo que no pudimos llegar al Calvitero cacereño, punto más elevado de la geografía extremeña.   No obstante, así y con todo,  pudimos visitar el Calvitero salmantino (2.397 m)  así  como el Canchal de la Ceja, que con sus 2.428 metros constituye el punto más elevado de la provincia charra.

En total recorrimos algo más de  11 kilómetros, para los que empleamos un tiempo de 7 horas. 

La cara lo dice todo

Hace ya mucho tiempo que considero que la práctica deportiva, además de mejorar nuestra condición física, sirve para fortalecer nuestra mente. Por eso, cuando iniciamos cierta actividad, siempre es un reto que nos estamos proponiendo a nosotros mismos, reto desde el punto de vista físico, por supuesto, pero es también un reto desde el punto de vista mental. Ya puedes estar hecho un  toro, que como tu mente no te acompañe, de nada te vale. 

En una ruta senderista de alta montaña, es imposible tener todo controlado en su totalidad, ya que  en cualquier momento pueden surgir contratiempos que dificultan nuestro camino y es ahí donde nuestra capacidad de superación ante la adversidad entra en juego. Vaya por delante, por supuesto, que ante todo, lo que debe prevalecer es el sentido común y no podemos cometer imprudencias que nos pueden costar muy caras, pero dentro de la prudencia, siempre hay un punto de gallardía que nos podemos permitir.  

Dejando atrás el tema filosófico, jeje, también me gustaría hacer mención a los buenos momentos que los amigos senderistas vivimos en el "campamento base" En esta ocasión nos alojamos en una casa rural situada en Candelario, precioso pueblo muy próximo a Béjar y donde pudimos disfrutar de una buena cena todos juntos además de visitar y fotografiar sus típicas calles y curiosos rincones. Dejo aquí ahora algunas de las fotos que pude tirar callejeando.

Tan solo han pasado 9 días, pero con la llegada brusca del verano, hoy parece casi un espejismo la experiencia vivida  por la Sierra de Béjar, no obstante, creo que es una ruta que quedará grabada en nuestras retinas por muchos años.

Para el recuerdo también quedará  aquello de "el día ya está abriendo" o las risas que nos echamos en la cena con la ya célebre frase de  "s****¿cuán va el tuli?"

Por último, dar la enhorabuena a Sergio y Manolo, pues sin su planificación y gran trabajo, esto no hubiese sido posible y gracias a todos los compañer@s de ruta, pues gracias al esfuerzo de tod@s, pudimos vivir una gran experiencia. Espero que podamos seguir haciendo actividades como estas durante muchos años más.

Un saludo a todos y nos vemos por los caminos.