Ahora que vivimos inmersos en la sociedad de la inmediatez, donde todo tiene que ser ya, donde no podemos esperar nada... reivindico el valor de la espera, la ilusión por las cosas que llevan un tiempo. Y es que, aunque se trata de una de las citas senderistas con más solera de Extremadura, (llevan ya veinte ediciones) por diversos motivos personales, nunca antes había podido asistir a la Marcha Senderista Bosques del Ambroz, enmarcada dentro de las actividades del Otoño Mágico del Valle del Ambroz. Por este motivo, tenía unas ganas locas de disfrutar de este maravillo entorno, en la mejor época del año y sinceramente, la espera ha merecido la pena.
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Imagen del Valle con Baños de Montemayor y el embalse al fondo |
Realmente, el Otoño Mágico (del que se han celebrado ya veintiuna ediciones) como tal, está conformado por multitud de actividades encaminadas a disfrutar del Valle del Ambroz de muchas formas diferentes: Actividades culturales como conciertos, observaciones astronómicas, rally fotográfico y actividades deportivas como rutas BTT, rutas senderistas, raids.... conforman un programa muy atractivo, encaminado a potenciar el turismo sostenible en esta comarca del norte cacereño.
Ha sido un fin de semana para el disfrute de los sentidos: nuestra vista, oído y olfato, se han visto sorprendidos por una amalgama de colores, sonidos y olores, con los que hemos podido desconectar totalmente de la rutina de nuestro día a día. Es como si nos hubiesen cargado las pilas. Desde el característico olor que desprenden las chimeneas de los pueblos de sierra, pasando por el relajante sonido del agua de los caudalosos ríos de la comarca, hasta la explosión de colores de la vegetación, que este año estaba exultante, con llamativos verdes y amarillos y suaves marrones y dorados... conforman una mezcla de sensaciones que generan un placer difícil de describir.
El plan era realizar el Sábado una ruta por nuestra cuenta y el Domingo participar en la Marcha Senderista Bosques del Ambroz; para ello, nos desplazamos el Viernes por la tarde hasta Baños de Montemayor, que era donde teníamos nuestro "campamento base". Tras un pormenorizado registro de nuestros datos personales (nombre, apellidos, dirección, teléfonos, dni, código postal, etc, etc, etc,) pudimos dejar el equipaje en las habitaciones del Hotel Alegría y nos pusimos a pasear por las calles de este pueblo serrano, que a pesar de tener tan solo 770 habitantes, tiene un destacado sector hostelero, gracias entre otras cosas, al importante balneario de origen romano que está situado en el centro del pueblo. Cena, unas cervezas y muchas risas en uno de los numerosos bares de la localidad y pronto a la cama a descansar, que el fin de semana se preveía entretenido.
El Sábado amaneció nublado pero bueno, con temperatura agradable para la época del año en la que nos encontramos. Café y tostadas para desayunar y todos preparados para iniciar la ruta que nuestro compañero Sergio nos tenía preparada por los alrededores de Baños. Ruta a nuestro ritmo, haciendo multitud de paradas en las que pude practicar con la cámara de fotos (que otra cosa no, pero practicar vaya si he practicado) Creo que desde el punto de vista visual, se trata de la ruta más espectacular que he realizado, por la riqueza de colores que pudimos contemplar (verdes potentes, marrones de varias tonalidades, fuertes amarillos....)
Recorrimos parte de la
Vía Verde que atraviesa de norte a sur la comarca -- Aquí quiero abrir un pequeño paréntesis y es que tengo sensaciones encontradas respecto a esta vía: Por un lado, es una espacio muy bien acondicionado, utilizado por muchísimas personas (nos encontramos con muchos ciclistas y senderistas) pero por otro lado, siento una gran pena, puesto que la construcción de esta infraestructura, va asociada a la desaparición del tren que unía nuestra región con el norte de España. En este aspecto, estoy totalmente en contra de la desaparición de este tipo de medio de transporte, que lo único que está consiguiendo es que nos quedemos cada vez más aislados. Desde aquí reivindico un
Tren Digno para todo el Oeste de España. No entiendo cómo puede desaparecer una línea ferroviaria en una vía con tanta historia, como es la Ruta de la Plata, que comunica ciudades de gran calibre como
Gijón, Astorga, Zamora, Salamanca, Plasencia, Cáceres, Mérida o Sevilla. De hecho, durante nuestro paseo, pudimos hablar con vecinos de la zona, que nos hablaban con nostalgia de cuando el tren circulaba por esta zona y era utilizado como medio habitual de transporte...... Esperemos que el sentido común regrese a las personas con responsabilidad en estos temas y hagan caso a las justas reivindicaciones de asociaciones y colectivos que luchan por la reapertura de esta via--
Tras un par de kilómetros por la via verde, con paso includio por un túnel con sensores automáticos para el encendido de la luz, tomamos un desvío para subir a la población de
La Garganta (segundo pueblo más alto de Extremadura tras Piornal) a través de la
senda de San Antón. Como se nos hizo un poco tarde, aprovechamos el paso por La Garganta, para reponer fuerzas en el Bar Lobos, donde dicho sea de paso, nos encantó la tapa de champiñones y las croquetas caseras (enhorabuena¡¡) así mismo, aprovechamos para visitar el
Centro de Visitantes del Lobo, donde nos atendieron muy amablemente y nos explicaron de una forma muy sencilla la historia y las costumbres de esta especie animal, que tantas connotaciones negativas ha tenido a lo largo de la historia.
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Vecino recordando cuando el tren pasaba por aquí |
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Túnel del antiguo tren |
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Jugando con las profundiades |
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Paseando por la Vía Verde |
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Practicando con puntos de fuga |
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Pequeña parada para revisar gps |
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Practicando con las hojas que caen... |
La bajada desde La Garganta fue también muy interesante, porque salió un poco el sol y pudimos disfrutar de la misma gama de colores que en el ascenso, pero ahora multiplicando las tonalidades, gracias a la luz y sus reflejos.
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Regreso a Baños de Montemayor |
Una vez finalizada esta ruta, la sensación de todos los amigos era la misma:
menuda ruta hemos realizado¡¡¡¡
Por la tarde, se unieron al grupo más miembros de la Alberca, que venían desde Ribera, con objeto de realizar la ruta oficial del Domingo. Todos juntos nos acercamos a Hervás, que es la localidad más importante de la comarca y que además de contar con un interesante barrio judío, tiene una gran oferta de bares y restaurantes de los que poder disfrutar. En el local que estuvimos nosotros, pudimos degustar tapas muy curiosas, propias de la alta cocina, lo cual es reflejo de la gran oferta culinaria que existe en esta localidad.
A la mañana siguiente, la lluvia nos dio la bienvenida antes del inicio de la gran Ruta Oficial. La descarga de agua era considerable, lo cual hizo un poco delicado los primeros tramos del recorrido, sobre todo los descensos, pues la mezcla de piedras, hojas sueltas y agua, generaba un suelo inestable sobre el que tenía que discurrir la hilera de senderistas que nos habíamos congregado para este día (unas 800 personas en la ruta larga y 200 en la corta, aunque seguro que eramos algunos menos porque con las condiciones climatológicas, más de uno se quedo en casa....) Durante los primeros kilómetros, ente la cantidad de gente que estábamos participando, las condiciones del trazado y la lluvia que caía, no pude disfrutar del entorno ni de las vistas, pero es cierto que a mitad del camino la situación mejoró considerablemente y comenzamos a divertirnos bastante. Muy interesante fue el paso por Hervás, donde cada cual aprovechó para hacer una parada (algunos más larga que otros) para tomar un café o para unas cervezas con tapas¡¡¡¡ todo dentro de un ambiente muy festivo. Volvimos a pasar por bosques de castaños muy coloridos y en el tramo final, para dar más variedad a la ruta, atravesamos una zona de dehesa que también nos sorprendió bastante, pues por las lluvias caídas este año, estaba espectacular. En total, recorrido de 21 kilómetros en los que empleamos algo más de 6 horas (incluyendo alguna parada para reponer fuerzas)
Normalmente suelo reivindicar desde este blog, la realización de rutas senderistas, como elemento para mostrar nuestros recursos naturales, con el fin de potenciar un turismo sostenible, que genere recursos a nuestros pueblos y comarcas.
Pues bien, creo que el Otoño Mágico es el mejor ejemplo de cómo se pueden organizar este tipo de actividades con ese objetivo: potenciar el desarrollo económico de nuestros pueblos, gracias al uso sostenible de la riqueza paisajística con la que cuenta Extremadura. Reflejo de esta importancia es que el Otoño Mágico ha sido reconocido como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Por mi parte, no me queda más que dar mi más efusiva enhorabuena a Ayuntamientos, Mancomunidades, Diputación, resto de organismos públicos, particulares, empresas patrocionadoras y asociaciones, que colaboran para llevar a cabo el Otoño Mágico del Valle de Ambroz.
TODAS LAS FOTOS
Por último, recomiendo encarecidamente a tod@s que visitéis esta maravillosa comarca del norte de Cáceres, porque vais a disfrutar de un entorno privilegiado que vuestro cuerpo y mente van a agradecer.
Saludos y hasta la próxima.
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