Paseo por Alange

Bueno, hoy parece que por fin ha entrado definitivamente el Otoño. Después de un verano muy largo, con un mes de Septiembre especialmente caluroso, ya era necesaria la presencia de la lluvia, que se ha hecho esperar hasta hoy, día de la Hispanidad. 

Día festivo en medio de la semana,  motivo perfecto para coger el coche y visitar alguno de los bellos lugares que tenemos en nuestra tierra. Por regla general, no solemos valorar aquello que tenemos cerca, bien porque tenemos el defecto de valorar más lo de fuera que lo nuestro, o tal vez por ser algo que tenemos tan al alcance de nuestra mano, que no lo apreciamos en su justa medida.

Algo así creo que es lo que ocurre con el pueblo de Alange.  Se trata de una pequeña joya, enclavada en las proximidades de Mérida. La historia de esta población ha estado ligada siempre al agua. Desde hace siglos, con los baños termales (de origen romano) y desde finales del siglo XX con el embalse de agua. Alange cuenta por tanto,  con un potencial turístico de gran nivel, potencial al que sus habitantes están sabiendo sacar partido, reflejo de ello es la cantidad de hoteles y hostales que te encuentras cuando paseas por sus calles, así como de empresas de aventuras y actividades acuáticas (rutas en bicicleta de montaña, cursos de piragüismo, vela....)  además de contar con una zona de playa de agua dulce y por supuesto, ser un punto de referencia para la práctica de la pesca. 

Pues ni corto, ni perezoso, pillo el coche y me dirigo a Alange, para intentar reflejar con mi cámara, los encantos de esta bella población, y he aquí los resultados...

Vista del embalse. Actualmente al 47% de su capacidad

Jardines del balneario

Practicando con los espejos

Iglesia Ntra Sra de los Milagros

Castillo de Alange

En resumen, buena mañana la que hemos pasado haciendo un poco de turismo rural, cosa que deberíamos practicar más a menudo, pues tenemos a nuestro alrededor, un montón de pueblos con encanto, que merecen la pena ser visitados.